¿Somos solo nuestro cerebro?

 Una reflexión muy importante a realizar, sería preguntarnos si realmente creemos que nuestro cerebro nos controla completamente, o si por el contrario no lo hace. 

Es algo científicamente comprobado y por ello algo verídico, que el cerebro influye en gran parte de nuestra vida. Gracias a él podemos hacer cosas tan necesarias y cotidianas como pensar, decidir, razonar... Por otra parte, también está estudiado que gran parte de nuestras emociones son causadas por la producción más elevada de un neurotransmisor u otro. Por eso mismo creo que el cerebro es algo fundamental en nuestras vidas para realizar cualquier acción o tomar cualquier decisión. El claro ejemplo sería la cuestión de enamorarse. Muchas personas, por distintas causas, no quieren pasar por la fase de estar enamorado. Pero de repente al conocer a una persona con la cual encaja, no se es responsable de los procesos por los que pueda pasar el cerebro y sin quererlo, enamorarse.

Sin embargo, no creo que sea el que se encarga de dirigirnos al cien por cien. Por encima de él, se encuentra el temperamento que cada uno tengamos, las acciones que nos hayan marcado a lo largo de nuestra vida para actuar de una forma u otra, lo que nos haya inculcado nuestro entorno, el momento que estemos pasando...  Por ejemplo, dos personas tienen el mismo cerebro pero distinto temperamento, carácter, entorno... Si a ambas dos las proponemos un problema, seguramente cada una tenga una manera diferente de llegar a una solución o una forma diferentes de ver ese problema. Con lo cual, esto querría decir que tiene cierto predominio nuestra forma de ver la vida y nuestro temperamento, que nuestro cerebro. 

En conclusión, pienso que el cerebro tiene mucha importancia en nuestras vidas pero no que sea el que se encarga de controlarnos totalmente.