CRÍTICA SOBRE LA CLASE DE PSICOLOGÍA

 Llegados a este punto de la recta final, podemos ser capaces de evaluar de forma crítica y objetiva nuestra clase de psicología.

Al principio entré a psicología realmente sin saber lo que me iba a encontrar, con miedo de cómo iba a ser el temario y cómo se desarrollaría la asignatura. Sin embargo me llevé una grata sorpresa cuando comenzamos a dar las clases. 2º de Bachillerato es un curso demasiado estresante en el cual, todo va demasiado rápido. Por eso pienso que asignaturas como psicología, son realmente necesarias para aprender de forma interesante al mismo tiempo que dinámica, y desconectar de la presión del curso.

Es una clase a la cual, siempre se va con ganas, no importa lo que se vaya a dar, porque sabes que va a ser interesante y divertida. Las explicaciones de Enrique hacen todo más fácil, comprensible, interesante... Es realmente un profesor que hace que sea imposible que no veas el atractivo de su asignatura y te intereses por ella, tanto este año que estoy cursando con él psicología, como el año pasado que cursé filosofía, por lo que las clases se pasan demasiado rápido. Me parece muy importante el hecho de que una asignatura te haga pensar, reflexionar sobre las cosas que se dan, y objetivamente es la única asignatura junto a filosofía que me lo produce. Solamente podría sacar aspectos positivos de ellas. Empezar las clases todos los días con ese previo esquema en la pizarra me parece que ayuda bastante a recordar los dado, la hoja de apuntes que él te ofrece viene muy bien para tener junto a las anotaciones de clase. La forma en la cual se realizan los exámenes también me parece correcta, dividir el examen en dos días y realizarlos con apuntes, aunque quizá por ese motivo sean mas difíciles de sacar buena nota. Lo único negativo y que realmente no depende en sí de la clase sino de la forma de organizar los horarios, sería que tenemos tan solo dos clases en una semana.

En conclusión, pienso que el año que viene, cuando ya no esté en el instituto, echaré en falta todos estos momentos de aprendizaje mezclados con humor. Espero que Enrique nunca cambie su forma de dar las clases y esa vocación que se le nota por su trabajo y, como él dice, algo nuevo aprenderemos a poco que escuchemos. Ojalá encontrar otro profesor así en mi carrera.